PELIGRO SOBRE TRES RUEDAS

Mototaxis generan caos y delincuencia en las calles de Lima

Irvin Cuyubamba e Ivett Meza

Los mototaxistas son un ejemplo claro de la falta de autoridad en el transporte público. Esto ha generado el crecimiento informal de este servicio en la ciudad de Lima.

Las mototaxis deben servir como alimentador para los vehículos de transporte público, en las zonas donde es difícil acceder pero ahora, se encuentra en todas las avenidas violando la ley.

Estamos en uno de los distritos más grandes de Lima. En San Juan de Lurigancho, la mototaxi es un medio de transporte muy empleado por los habitantes que diariamente se dirigen a los mercados, viviendas y otros lugares en donde los buses no llegan.

Desde que uno ingresa al distrito, puede observar, en avenidas principales, la presencia de estos vehículos realizando maniobras indebidas en las pistas, lo que puede generar diversos accidentes.

Son las 8:00 am. Nos dirigimos a la avenida Los Jardines Oeste, una de las calles que posee mayor cantidad de mototaxis en este distrito. Es la hora punta donde los mototaxistas aprovechan la gran demanda de pasajeros para realizar sus “carreras”.

En el paradero Hacienda, a simple vista, uno puede confundir a los mototaxistas formales e informales. Pero, si se observa con detalle, se puede apreciar que los conductores de estos vehículos formales, poseen todos unos mismos chalecos que los representan. Mientras que lo opuesto sucede con los informales. No llevan consigo algún uniforme y no se posicionan en un paradero autorizado por la Municipalidad.

Para vivir una experiencia más cercana de la problemática que generan estos vehículos, decidimos subir a una mototaxi formal, así como también a una que es todo lo contrario.

La primera, que portaba la placa C3-7675, trabajaba de la mano con la Asociación de Mototaxis Nuevo San Juan. La atención que nos dio era cordial. El conductor, Ivan Chávez, nos comentó que el grupo de la empresa en la cual pertenece, vive diariamente un enfrentamiento por conseguir pasajeros con los mototaxistas informales. Sin embargo, se muestran impotentes ante lo ocurrido ya que no pueden retirarlos por temor a que ellos respondan con violencia.

Aunque nuestro destino era llegar al paradero 15 de enero, decidimos descender del vehículo en la avenida Flores de Primavera ya que observamos una fila de mototaxis que se ubicaban en un paradero que no les correspondía.

Al subir a uno de estos vehículos, a simple vista se podía apreciar que, principalmente, el conductor no llevaba consigo algún uniforme que haga representación de que trabajase para una asociación. Además, la moto no llevaba un tarifario a comparación del vehículo anterior y la manera en la cual se conducía era muy rápida e imprudente ya que en más de una ocasión éste se adelantaba al cambio de los semáforos.

Le indicamos al conductor que queríamos bajarnos en el paradero 15 de enero, que era el lugar destinado que teníamos al ascender a la primera mototaxi. Sin embargo, por ganar más pasajeros al paso, el chofer decidió dejarnos a un par de metros antes de lo señalado.

El servicio de mototaxis es importante y tiene una gran demanda en San Juan de Lurigancho por el bajo costo de sus tarifas, pero no podemos permitir que esta ventaja siga poniendo en riesgo la vida y seguridad de los vecinos de uno de los distritos más grandes de la capital.